La ansiedad no comienza en la mente, sino en el cuerpo. Cuando el sistema nervioso percibe amenaza, la respiración se acelera, los músculos se tensan y el pensamiento pierde claridad. Respirar Primero propone enseñar al organismo a retornar a la calma por medio del aire consciente como ancla primaria, creando una base de regulación desde la cual todo proceso emocional puede desarrollarse con seguridad.